miércoles, 9 de septiembre de 2009

¡Ay qué bonito es volar!

A veces dan ganas de salir volando... dan ganas de enfundarse unas alas y volar de noche, salir por arriba de los techos, de los que tienen teja y de los que no. Agarrar velocidad e ir subiendo, desde el piso hasta estar por encima de los edificios, y luego subir más, hasta que llegue el vértigo y entonces subir otro poquito más, para despegarse de plano de todo.
Dice el son:
¡Ay qué bonito es volar!
a las dos de la mañana
a las dos de la mañana
ay qué bonito es volar ay mamá.

Subir y dejarse caer
en los brazos de una dama
en los brazos de una dama
ay qué bonito es volar ay mamá...

... Y después de volar tan alto, ya con la luna de fondo nada más, entonces ir hacia abajo otra vez, regresar a la tierra a toda velocidad... sentir el viento en la cara y abrir las alas, dejar que las mueva el aire y sentir el pelo en las mejillas que revolotea sabiendo que el vuelo está terminando.... Dejarse caer: en los brazos de un hombre hermoso, en un campo verde verde, en una cama acolchonadita, en un lago tibio, en un montón de algodones, y ya si no queda de otra... pues en el cuerpo de una misma.

Cántenme la bruja, queridas Eugenia y Lila:

2 comentarios:

  1. No necesitas alas para volar/ vuelas con historias/ vuelas con aventuras/ vuelas con palabras/ brincas sobre techos de papel/ te extiendes hasta el límite de la vigilia/ caminas de la mano del petirrojo que danza con las nubes/ eres amiga del arco iris que atraviesa continentes indescifrables/ un vuelo verticalmente horizontal/ vuelo entre letras...

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  2. Usted nació con alas. Yo las he visto.

    Lila estará próximamente en el pueblo mágico.

    Beso.

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